Esta receta me la dió Fina, una señora amiga de mi madre, cuando le dije que Pablo (mi hijo pequeño) tenía alergia al huevo. Él se los come en el desayuno como galletas, y ahora, aunque gracias a Dios, ha superado la alergia, se los sigo haciendo porque le encantan.
Ingredientes: Pongo la receta tal como ella me la dió y entre paréntesis los pesos que yo he sacado:
-1 vaso de aceite de oliva frito(160 grs)
-1 vaso de vino blanco (160 grs)
-1 vaso de azúcar (yo sólo he puesto 100 grs)
-Un poco de anís (30 grs)
-Harina la que pida (600 grs)
-2 papelillos de gaseosa de cada color
Yo añado:
-Un puñado de anís en grano
-Azúcar para rebozar
Preparación:
Precalentar el horno a 180º (el mío calor arriba y abajo)
Se amasan bien todos los ingredientes, incluído el anís en grano, (en la thermomix poner todos los ingredientes en el vaso y programar 20 segundos vel. 6) y estiramos la masa con un rodillo dando un grosor de 1/2 centímetro aproximadamente porque en el horno suben. Yo suelo colocar la masa entre 2 plásticos (forro de libros) y así se estira fenomenal y no hay que enharinar la mesa.Luego se corta con la forma que queramos, o bien con cortapastas como los de la foto (estos los cortó mi hijo José Ángel de 7 años), o bien se cortan en forma rectangular (con la rueda de cortar la pizza se da muy bien). Preparamos un platito con azúcar y pasamos por ella los sequillos (sólo por una cara) y colocamos, dejando un poco espacio entre ellos, en la bandeja del horno forrada con papel vegetal o lámina de silicona (para que no se nos peguen). Hornear hasta que los veamos doraditos (como 20 ó 25 minutos dependiendo del grosor).
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